Carl Jung decía que: “La persona o máscara es una manifestación de la psique colectiva. Está en contacto directo con las presiones del mundo exterior, y el individuo suele encasillarse en esto, provocando la rigidez de la máscara.” De ahí que este elemento sea fundamental en El entierro: a veces necesitamos ponernos la máscara de los otros para entender sus conductas y actitudes –para sumergirnos en su perspectiva-. A su vez, este ejercicio ayuda a sanar un poco la psique personal a partir de comprender cómo funcionamos como sociedad.